domingo, 10 de julio de 2011

Siempre es preciso saber cuando se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, mas allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.O cerrando puertas. O cerrando capítulos. Como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente revolcándote en los "porques"; en devolver el cassette y tratar de entender por que sucedió tal o cual hecho. A pasar la hoja. Al terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió. Y hay que soltar, hay que desprenderse. No. Los hechos pasan y hay que dejarlos ir ! En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. No esperes que te devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quien eres. Suelta. La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si andas por la vida dejando puertas abiertas, por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. Posibilidades de regresar... ¿a que? Dite a ti mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque tu ya no encajas allá, tu ya no eres el mismo que se fue, por lo tanto, no hay nada a que volver. Cierra la puerta, pasa la hoja, cierra el circulo. Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Nada es vital para vivir porque cuando tu viniste a este mundo llegaste sin ese adhesivo, por lo tanto es costumbre vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo que hoy te duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, te repito, nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.